martes, 22 de mayo de 2007

YO LOS ACOMPAÑARE CON MI ESPIRITU


El anuncio de la onda polar que se hizo a comienzo de semana no fue erróneo, especialmente el jueves 24 a las 12 horas en que se fijo para iniciar la ceremonia fúnebre de despedida de don Mario Soto Soto.

El frío calaba los huesos y quienes se presentaron al acto de despedida de nuestro querido maestro así lo sintieron, pero pese a ello, tal vez su etérea presencia, siempre grata, tan socarrona y vivaz equilibro el termómetro y le dio calidez al ambiente, tan cargado de recuerdos y nostalgia

Y para que no quedaran dudas fue necesario que Gastón Almonacid presidente del Centro de Ex Alumnos leyera una carta póstuma que don Mario le había enviado a Ricardo Ibaceta ex Alumno de la generación de 1948 en la que haciendo gala de su característica economía lingüística, precisión y consistencia se despedía expresando su satisfacción de haber “recibido en vida, todos los honores, distinciones, diplomas, certificados, galvanos,, etc. y no postmorten como suele ocurrir”. Nos pedía que no rompiéremos “la tradición de reunirse” a la vez que nos prometía: “yo los acompañare con mi espíritu”. De pronto me pareció que él presidía la ceremonia, sólo faltaba que se paseara por el templo ceremonial palmoteando la espalda de los más tristes animándolos y dándoles a entender de que no sufrieran tanto puesto que él había partido feliz.
La reseña que hizo en su homenaje su Colega la Sra. Fresia Ojeda Olivares, consiguió dibujar la inconfundible figura del maestro, dedicado, exigente, comprometido, enamorado de su profesión, encantando desde su juventud a sucesivas generaciones de estudiantes que de una u otra forma resultaron tocados por su impronta.

La fría tarde desafió el cariño de los asistentes, un viento gélido acompaño la ultima parte de la ceremonia en que los restos postreros del Maestro esperaban ser sepultados apenas terminaran los testimonios de sus antiguos alumnos y colegas. Una guardia de honor conformada por los abanderados y escoltas del Liceo Eduardo de la Barra, enmarcaban el rito, el sol tímidamente ilumino por minutos el cuadro, contrarrestando la rigurosidad del frió otoñal.

El toque de Silencio interpretado por el corneta de la banda del liceo hizo que a más de alguno se le erizara la piel, y de paso nos hizo comprender que el viaje de nuestro querido profesor, maestro, colega, amigo, familiar a la dimensión etérea, eterna, de insondable profundidad, categorizada solamente gracias a la fe y los recuerdos de cada cual, era definitivo y sin retorno.

LEE LOS TESTIMONIOS Y LOS DISCURSOS QUE SE ENTREGARON EN LA DESPEDIDA DE DON MARIO PINCHANDO AQUI

AMPLIA INFORMACION DEL FALLECIMIENTO DE DON MARIO SOTO pincha aqui en "El Salon de Don Mario"

Antonio:
Te envío 3 fotos muy valiosas del tío Soto en la que creo fue su última salida: un asado en mi parcela en Lliu-Lliu, el 26 de enero del 2007, donde compartimos los egresados del 4º A 1976, la nuestra fue la última promoción que ingresó al liceo en 7º básico en esa época y la última en ser sólo hombres.
La idea es que subas las fotos al blog del centro de exalumnos.
Saludos
Alejo Chávez

Para ver la fotos pincha aqui

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien sabe sea el más viejo de sus ex-alumnos, que lo fuí desde el año 1947 a 1949. Sin embargo de los años, o a lo mejor, precisamente por ello,cuando recibí el mail del Centro no sólo se me cayeron lágrimas sino me quebré interior y exteriomente. Lo vi hasta el año 2004, ya casi sordo, pero siempre vivaracho y dicharachero, murió un gran alegre y profundo maestro.
HERMOSILLA RUMIÉ, NURIELDÍN
nurieldin@hermosilla.cl

Unknown dijo...

Como miembro del Grupo del Sexto-B del ´56 y a que tuvimos el privilegio de compartir con él algunos de estos últimos años en nuestras reuniones-almuerzos mensuales, junto a los profesores Valenzuela y Espinoza con los cuales ahora está reunido, puedo expresar que su mensaje de vida, más que solo palabras eran éstas convertidas en acciones, teniendo como meta la Unión de sus alumnos, incluyendo aquellos dispersos por la faz de la Tierra, y la Ecuanimidad de sus sentimientos abiertos en los 360 grados.
Inapreciable Profesor y Maestro, descansad en Paz, pues esta Enseñanza Liceana Tradicional que nos habeis entregado la llevaremos por siempre en nuestros corazones y la practicaremos para seros fiel en nuestro permanente Recuerdo.

Risto