martes, 4 de marzo de 2008

PUBLICADO EN EL DIARIO "LA PRENSA DE CURICO"

(Gentileza de Horacio Reyes).

DESDE VALPARAISO

TRAVESIA PORTEÑA

Tuvimos la fortuna de participar durante algo más de tres horas en un paseo inolvidable por la bahía porteña., como iniciativa del Centro de Ex alumnos del Liceo Eduardo de la Barra. Durante la travesía, varias de las cónyuges que nos acompañaban no paraban de maravillarse por lo que vivían, y muchos de los que en muchas ocasiones nos hemos embarcado desde el Muelle Prat para “el paseo por la bahía” también nos extasiábamos, ya que esta vez era muy distinto, por su duración, su trayecto y particularmente por la atmósfera creada durante esas más de tres horas de un atardecer de sábado.

Una serie de circunstancias dieron forma a la que ha sido una formidable experiencia.

Un condiscípulo vinculado desde siempre a las actividades marítimas, primero como empleado en una naviera y luego como socio con otros dos amigos también amantes del mar, se lanzaron a la empresa de armar una lancha, que luego fueron varias. En la actualidad el “Comodoro” como algunos de sus condiscípulos le decimos, es un pequeño Onassis del Puerto. Esa es una circunstancia. La otra es el entusiasmo del “Comodoro” en colaborar con las actividades del centro de Ex –alumnos. . Y en definitiva la circunstancia más gravitante es el acendrado “porteñismo” que ostenta este gran amigo y compañero .Sin olvidar por supuesto a “Paco” y sus boys que no descuidaron detalle en el aspecto gastronómico de la travesía, lo que amerita un punto aparte.

Como está dicho, muchos de quienes estábamos a bordo , en muchas ocasiones hemos navegado por la bahía , pero eso sí, nunca con una parrilla engalanada con buena carne y buen chorizo., que degustamos liados a la boya que está frente al Muelle Barón , y por supuesto con tinto y blanco de verdad “navegados”.

La veintena de participantes en esta riquísima experiencia nos impregnamos de aire marino, surcamos las aguas en medio de una trepidante actividad marítima, contemplamos nuestra ciudad en toda su majestuosidad. La conversación fluía, observando en detalle cada sector de ese plan y de esa cadena de colinas, colmadas de viviendas. Por momentos se producía un silencio sólo interrumpido por el ruido del motor de La Esperanza”, que fue la embarcación de nuestra gira; cual más, cual menos, evocábamos tantos momentos de nuestra niñez y adolescencia por allí, en algún punto de esa enmarañada geografía que particulariza a la “Perla del Pacífico“: perlas que aparecieron relumbrantes cuando ya se había escondido el sol y Valparaíso emergía desde el mar como un collar o una miríada de luciérnagas .

DIARIO LA PRENSA. CURICO. 04/03/2008 ALMENDRAL

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